Un saludo formal, y me dirigí a él hablándole de usted.
Mirada inquietante, segura, retando..., tanteándonos...
-paciente: ¿cómo? ¿"usted"?...sonrisa irónica, pues te cuento doctora....
-doctora (nueva intervención): entonces usted...
De nuevo cara de sorpresa por parte del paciente, y por supuesto volvió a hablarme de "tú".
Él, desafiante, listo, se podría atisbar un cierto grado de misterio en su actitud, a la vez que una agresividad contenida, aunque leyendo su historia, podría tener sus motivos...
"Bueno", dije (en vista de su insistencia, cedí, ganaba él...o puede que no fuera esa la cuestión): ¿y que medicación necesitas? Y le hablé de "tu". Éramos dos frente a uno, y seguidamente comenzó a hacer preguntas sobre la "circuncisión de los cangrejos", preguntas sin respuesta.
Cuando finalizó el diálogo, nos dio las gracias y se dirigió a mí hablándome de "usted".¡ Después de todo el esfuerzo me dejó "boquiabierta"!
Y no me pregunten que todavía no lo entiendo. Pero sé que la segunda vez que le vi, fue todo más fácil, más fluido y natural.
Puede ser cierto :"Aprendieron a escuchar y hablaron mil lenguas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario