Conforme subí al autobús, me dirigí al chófer diciéndole: "hasta luego", en lugar de unas "buenas tardes".
En ese preciso momento fui consciente del error cometido, y él mismo, me miró sorprendido, pero agradecido al mismo tiempo por el gesto, y tal fue nuestra carcajada, que provocó una sonrisa contenida, durante todo el trayecto.
Recuerdo que en otro momento, y en otro lugar, dispuse a abrir la puerta del coche, diciéndole a mis hijos: entrad a la consulta, y ellos, mirándome, respondieron: ¡¡ mamá, ésto es un coche, y no una consulta de "Atención Primaria"!.
Y así, "imagino", en los momentos de conmigo-misma,
porque... sólo la imaginación es libre...
Y sigo imaginando... ¿por qué no?
sueños posibles...
Basanta...dónde tienes la cabeza???!!!:)
ResponderEliminarNo te rías Carmen que es cierto...siempre la tengo ocupada...
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